Figura central del underground de los años ochenta y noventa, Liliana Maresca desarrolló una multiplicidad de operaciones artísticas y políticas que marcaron el pulso de la escena del arte contemporáneo argentino. La artista realizó la instalación El Dorado en la exposición colectiva La Conquista. 500 años, organizada en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires a finales de 1991 como repudio a la celebración del Quinto Centenario de la Conquista de América. La obra fue reconstruida por el Museo Moderno en 2017 para la exposición retrospectiva Liliana Maresca: El ojo avizor. Obras 1982 - 1994. A partir del mito de la ciudad perdida de El Dorado, Maresca imaginó un dispositivo que representa simbólicamente la explotación y el extractivismo llevados adelante por los europeos. Un lingote rojo piramidal simboliza la sangre vertida en la búsqueda de El Dorado, mientras que una esfera y un cubo dorados remiten a la alquimia y al oro. A esta pieza se le suman un sillón y una alfombra, que representan el poder colonial. El circuito de la instalación se cierra con una computadora que calcula e imprime los resultados de la proporción entre los kilos de oro llevados a España y los litros de sangre americana derramada durante la conquista.

Liliana Maresca, a central figure of the 1980s and 1990s underground scene, developed a myriad of artistic and political operations that set the pace of the contemporary art scene in Argentina. Her installation El Dorado was mounted at the La Conquista. 500 años [The Conquest: 500 years] group exhibition, held in late 1991 at the Centro Cultural Recoleta in Buenos Aires in repudiation of the celebration of the Fifth Centenary of the Conquest of America. The Museo Moderno reconstructed the work in 2017 for the retrospective Liliana Maresca: El ojo avizor. Obras 1982 - 1994 [Liliana Maresca: The Keen Eye. Works 1982-1994.]
Based on the myth of the lost city of El Dorado, Maresca designed a device that symbolically represents the exploitation and extractivism carried out by the Europeans. The pyramidal red lingot symbolises the blood spilled in the search for El Dorado, while the golden sphere and cube are references to alchemy and gold. The installation also includes an armchair and a rug to represent colonial power, and this is completed with a computer that prints out an estimate of the kilograms of gold usurped by the Spaniards and the litres of indigenous blood spilled duringthe Conquest.