exhibition
Afiches de museos suizos
13 de marzo - 5 de abril, 1980
Tapa del catálogo de la exposición "Afiches de museos suizos"
Folleto de las conferencias en el marco de la exposición "Afiches de museos suizos"
Me es particularmente grato presentar esta exposición de afiches de museos suizos.
El afiche es, en efecto, un documento excepcionalmente interesante por sus características visuales y su rol social. En calidad de portador de información transmite un mensaje al transeúnte que pasa por la calle, tratando de captar su atención en la búsqueda de un fin didáctico al que se agrega otro aspecto importante: el de la estética que le confiere el grafista. Si a pesar del carácter efímero del afiche, su primer objetivo queda siempre invariable, el segundo, como símbolo de creatividad, es infinitamente versátil; el afiche se convierte así en el espejo viviente e instructivo que refleja las tendencias estéticas de su época. En Suiza, el arte gráfico ha alcanzado un nivel técnico y artístico altamente apreciable, como lo prueban los afiches aquí presentados.
Pero, ¿por qué el afiche de museo? Porque posee un valor particular de promoción en relación con las obras expuestas en los museos sobre los que busca llamar la atención. Sabemos que el afiche comercial persigue un interés económico pero, para el afiche de museo, la meta es puramente cultural. Se trata de un vehículo cultural “puro” que evidencia el esfuerzo emprendido para que el arte y la cultura sean accesibles a todos, tratando de despertar la inclinación del público en general hacia una manifestación cultural específica. Para el artista no deja de ser una tarea riesgosa, ya que si, al utilizar elementos gráficos y colores, va más allá de la simple reproducción de una obra de determinada exposición, el aspecto utilitario del afiche que crea puede perjudicar justamente lo que trata de valorizar. Tal es, pues, el delicado equilibrio que todo creador de afiches culturales debe respetar.
Además de su interés técnico y estético, la colección de afiches de esta exposición ofrece una visión interesante de la actividad de los museos suizos. Evidentemente es sólo un panorama fragmentado, ya que se trata nada más que de afiches de una decena de los 370 museos y colecciones de mi país. Ella podrá no obstante, y así lo espero, incitarlos a conocer nuestras riquezas culturales cuando tengan ocasión.
Quiero, al mismo tiempo, agradecer aquí a la Empresa Sulzer S.A., su generosa contribución para llevar a cabo esta exposición, al director del Museo por su hospitalidad y al público por su sensibilidad y constante interés hacia las diferentes actividades culturales suizas presentadas en este país.
GASPARD BODMER
Embajador de Suiza
Texto del catálogo de la exposición Afiches de museos suizos.
El afiche es, en efecto, un documento excepcionalmente interesante por sus características visuales y su rol social. En calidad de portador de información transmite un mensaje al transeúnte que pasa por la calle, tratando de captar su atención en la búsqueda de un fin didáctico al que se agrega otro aspecto importante: el de la estética que le confiere el grafista. Si a pesar del carácter efímero del afiche, su primer objetivo queda siempre invariable, el segundo, como símbolo de creatividad, es infinitamente versátil; el afiche se convierte así en el espejo viviente e instructivo que refleja las tendencias estéticas de su época. En Suiza, el arte gráfico ha alcanzado un nivel técnico y artístico altamente apreciable, como lo prueban los afiches aquí presentados.
Pero, ¿por qué el afiche de museo? Porque posee un valor particular de promoción en relación con las obras expuestas en los museos sobre los que busca llamar la atención. Sabemos que el afiche comercial persigue un interés económico pero, para el afiche de museo, la meta es puramente cultural. Se trata de un vehículo cultural “puro” que evidencia el esfuerzo emprendido para que el arte y la cultura sean accesibles a todos, tratando de despertar la inclinación del público en general hacia una manifestación cultural específica. Para el artista no deja de ser una tarea riesgosa, ya que si, al utilizar elementos gráficos y colores, va más allá de la simple reproducción de una obra de determinada exposición, el aspecto utilitario del afiche que crea puede perjudicar justamente lo que trata de valorizar. Tal es, pues, el delicado equilibrio que todo creador de afiches culturales debe respetar.
Además de su interés técnico y estético, la colección de afiches de esta exposición ofrece una visión interesante de la actividad de los museos suizos. Evidentemente es sólo un panorama fragmentado, ya que se trata nada más que de afiches de una decena de los 370 museos y colecciones de mi país. Ella podrá no obstante, y así lo espero, incitarlos a conocer nuestras riquezas culturales cuando tengan ocasión.
Quiero, al mismo tiempo, agradecer aquí a la Empresa Sulzer S.A., su generosa contribución para llevar a cabo esta exposición, al director del Museo por su hospitalidad y al público por su sensibilidad y constante interés hacia las diferentes actividades culturales suizas presentadas en este país.
GASPARD BODMER
Embajador de Suiza
Texto del catálogo de la exposición Afiches de museos suizos.