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El grabado social y político en la Argentina del siglo XX

30 de octubre - 28 de noviembre, 1992

El grabado, la disciplina artística que por su carácter multiejemplar tuvo desde sus comienzos una vocación masiva, supo contener los temas que más interesaban a las gentes: la religión, el vicio y las revueltas sociales. 
Las primeras estampas son de carácter religioso, pero también en ese dominio celestial las contradicciones aparecerán con la Biblia de los Pobres y en los grabados de la Danza Macabra. Mientras tanto, el vicio del juego se expandió enormemente al contar con barajas de dorso idéntico y frente a dos colores, estampadas en grabado sobre madera. Las convulsiones sociales también tendrán en el grabado un aliado insustituible, los bajos costos y las posibilidades de difusión son el motivo. En la Revolución Francesa, por ejemplo, son tantos y tan variados los grabados que dan testimonio que se pueden seguir los acontecimientos día a día sólo observando las imágenes que los artistas anónimos grabaron. En este caso, el carácter antiautoritario y transgresor del grabado es patente, pues al mismo tiempo que las estampas sociales daban cuenta del cambio político que se operaba, otras también anónimas ilustraban de a centenares las reflexiones eróticas del Marqués de Sade. 
En nuestro país, el grabado cumplió primero un ciclo evangelizador y a partir de fines del siglo XIX, con la llegada de muchos activistas progresistas, tomará un sesgo contestatario y revulsivo. Los artistas volcarán sus preocupaciones básicamente de dos maneras: por una parte, mediante grabados de fuerte crítica social, con un programa político alternativo de claridad ideológica y acentuando la función social del arte. Por la otra, apelando a imágenes que desde la ironía, la caricatura, el humor piadoso y la sátira, terminan incidiendo sobre el espectador en la misma dirección que los otros.
El compromiso ideológico de los grabadores es muy variado; desde el anarquismo explícito de los Artistas del Pueblo, hasta un humanismo utópico, todas las posiciones ideológicas progresistas están presentes: el socialismo en todas sus vertientes, el comunismo ortodoxo y las variantes independientes. 
La exposición del Grabado Social y Político en la Argentina del siglo XX se plantea como un rescate histórico de una producción artística, ininterrumpida desde la década del '20 hasta nuestros días, y que sólo había sido valorada en el caso de los mencionados Artistas del Pueblo. Además de éstos la lista de expositores incluye a 32 grabadores, entre ellos: Pompeyo Audivert, Sergio Sergi, Lino E. Spilimbergo, Antonio Berni, Aída Carballo, Américo Balán, Carlos Alonso, Antonio Seguí, el grupo Espartaco, Alberto Cedrón, Norberto Onofrio y Roberto Páez. 
Debo destacar que en el caso de Lino E. Spilimbergo están expuestas diez monocopias de la "Breve Historia de la vida de Emma". La serie completa, de 54, fue expuesta una sola vez en Tucumán en 1949 y parcialmente en 1976 en Buenos Aires. La historia de esta prostituta realizada por Spilimbergo influyó evidentemente en Antonio Berni, cuando imaginó ese personaje paradigmático que interpreta Ramona Montiel.
La exposición es una producción conjunta del Museo de Arte Moderno y la Cátedra de Historia de las Artes Visuales (I , II , III) de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de la Plata. La lista de los investigadores incluye a A. Aldaburu, M. de Rueda, M. Fukelman, A. Lauría, M. Mayol, L. Moroziuk, M. A. Muñoz, Raúl Santana y H. D'Alessandro. Creo que es importante destacar estos créditos en momentos en que las instituciones públicas se desenvuelven con presupuestos simbólicos y las universidades nacionales son calificadas de inoperantes.
A partir de la década del '50, con el auge del grabado técnicamente experimental y de resolución abstracta, el interés por el grabado social y político decayó. Este hecho sumado a la miopía del mercado ha dejado esta producción en un estado lamentable. Los artistas, al no realizar tirajes numerados y firmados de propia mano, han dejado el problema a sus familias, las cuales se debaten en el desconcierto. Luego de este rescate histórico y museográfico, habría que intentar un rescate real apelando a instituciones financieras como el Fondo Nacional de las Artes, para que fiscalicen las ediciones posmortem de aquellas matrices sin tiraje conocido o ayuden, en el caso de los artistas vivos, a poner en orden esta producción multiejemplar.
La tradición gráfica social y política en la Argentina es abundante y sus artistas han dado testimonio, a veces con el exilio o la cárcel, de su interés por acabar con la injusticia y el dolor. Esta tradición sumada a la que representa el grabado experimental, el cual desarrolla otro aspecto dentro de la modernidad, coloca a nuestro país en una posición inmejorable en el desarrollo de esta disciplina artística: el grabado.

Alfredo Benavídez Bedoya.

Texto del folleto de la exposición El Grabado Social y Político Argentino del Siglo XX.
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