Carlota Beltrame es una gran artista tucumana y profesora de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. La artista pasó su infancia junto a su familia en la pequeña localidad salteña de Tartagal, donde se relacionó con culturas tan diversas como la wichi, la chané y la aymará, la comunidad siriolibanesa y los distintos grupos evangélicos de la frontera del norte argentino. Beltrame se refiere a ese tiempo vivido como “el adentrarse en otras intuiciones del mundo”. Vivir en la ciudad de San Miguel de Tucumán desde 1972, en el inicio de una década de revueltas, marcó su interés por la política.
En su obra busca una síntesis que evita el antes llamado “arte panfletario” para entablar un diálogo con otras prácticas culturales, como las artesanías donde confluyen las tradiciones y las diversas identidades o las estrategias de supervivencia de las personas que viven en contextos hostiles. El conjunto de piezas de la colección del museo se vincula con el trabajo doméstico —realizado por las mujeres en el interior de los hogares y pocas veces reconocido como parte de las economías formales—, así como con la crítica de la expoliación colonial de metales como el oro, la plata, el cobre y el estaño que sufrió el territorio latinoamericano.