Con motivo de los festejos del IV Centenario de la Segunda Fundación de la Ciudad de Buenos Aires, la Embajada de Italia por intermedio del Instituto Italiano de Cultura ha querido estar presente también con una importante exposición de grabados de artistas de indudable mérito. La selección fue realizada por Fortunato Bellonzi, Secretario General de la Cuadrienal Nacional de Arte de Roma, lo que constituye una inmejorable garantía. En su inteligente prólogo Bellonzi señala que es típico del arte actual la diversidad de imágenes y la pluralidad de técnicas. Esto no es, sin embargo, un inconveniente sino una característica a la cual debemos acostumbrarnos, tan rico es el panorama que ofrece la sensibilidad del hombre de nuestros días. El despliegue de obras reunidas en esta oportunidad constituye, sin duda, un testimonio valioso de la pujante fuerza creadora de los artistas italianos, en quienes la tradición y la ruptura miden fuerzas parejas en un campo que no es de batalla sino de consumación, o sea de celebración de los más altos intereses espirituales.
Guillermo Whitelow
Director del Museo de Arte Moderno
GRÁFICA ITALIANA CONTEMPORÁNEA
Esta exposición de Gráfica Italiana Contemporánea que comprende obra de cuarenta y ocho artistas, cuya personalidad se ha manifestado precozmente madura desde sus inicios, y que ha venido imponiéndose a la atención del mundo de la cultura a partir de 1960, y aún después, hubiera podido, obviamente, contener un número mucho mayor con la gran ventaja de dar una idea más aproximada de la excepcional riqueza de la búsqueda de imagen de la generación formada en Italia después de la II Guerra Mundial.
No obstante las limitaciones propias de toda muestra, incapaz de abarcar horizontes tan vastos como los del arte contemporáneo, caracterizado doquier por una extraordinaria pluralidad y densidad de pensamiento y de episodios, el panorama que de ésta resulta se aproxima bastante a la documentación de una situación real y puede atestiguar, en la variedad y divergencia de las cualidades de inventiva, la estimulante vitalidad de los artistas italianos.
Al lado de los gráficos que deseen mantener o recuperar una relación más clara, y por lo tanto más evidente, con la realidad existencial o con la historia y aún con la tradición preclara, sin renunciar sin embargo ni a las libertades expresivas ya confirmadas con tanto vigor por la vanguardia, ni mucho menos a la concepción de la autonomía de la obra de arte (la cual tiene siempre sus propias leyes intrínsecas), el visitante tendrá la oportunidad de conocer también a aquellos que, por el contrario, persiguen formas, sin referencia explícita a la referencia sensorial, interesados en la inventiva que ha madurado en la interioridad absoluta (por así decirlo) de la fantasía y de la visión.
Unos y otros –los que podríamos clasificar aún como “naturalistas”, por lo menos considerando el punto de partida de su tarea, como los que podríamos llamar “abstractos” atentos solamente a la apariencia de sus imágenes no representativas y por lo tanto no reconocibles en la naturaleza– componen conjuntamente, en la concorde discordancia de su trabajo, el lineamiento histórico, crítico y poético de nuestro tiempo tan dramático, aventurero y fascinante.
El término “abstracción”, en verdad, ya no tiene que ser entendido según el viejo significado que lo ha contrapuesto a “naturaleza”, en una separación que es impropia si considera irreconciliables dos actitudes de la creatividad que en realidad no son más que dos aspectos necesarios y complementarios de la vida del espíritu. Y la elaboración subjetiva de una geografía euclidiana o las derivaciones de la tecnología y de las hipótesis fascinantes de las ciencias modernas o la aspiración a la forma disforme y la exaltación de la materia, a menudo hacen alusión indirectamente a los males que padece la humanidad de nuestro tiempo entre las graves amenazas que se ciernen sobre personas y pueblos. Y esto reconduce las obras de artistas en apariencia evasivos al mismo círculo de las angustias y de las tenaces esperanzas del mundo contemporáneo, donde actúan explícitamente sus colegas figurativos, así llamados “comprometidos”.
Es bien sabido que toda clasificación del trabajo de los artistas –esos “herejes incómodos” a los cuales están confiados nuestra voz más veraz y nuestra sed de libertad y justicia– resulta cada vez un medio de “acomodación”, y como tal debe considerarse en toda su fragilidad y amplios márgenes de error.
Afortunadamente los artistas rehuyen tanto los esquemas historiográficos preconstituídos como las estéticas preconcebidas; y traspasando los estrechos propósitos gramaticales escriben el capítulo más glorioso y más durable de la historia, logrando que en la obra –por aristocrática y hermética que pueda a veces parecernos– nos reconozcamos por último todos como individuos y como colectividad, en un mensaje consolador que da un significado a nuestro destino.
FORTUNATO BELLONZI
Secretario General de la Cuadrienal Nacional de Arte de Roma
Textos del folleto de la exposición Gráfica Italiana Contemporánea