En El presente está encantador, Diego Bianchi (n. Buenos Aires, 1969) propuso un encuentro, por primera vez, entre su obra y la obra de otros artistas, en este caso, del patrimonio del Moderno. Para el desarrollo de esta exposición curada por Javier Villa, Bianchi se nutrió de la colección para transformarla en una gran instalación transitable y envolvente, donde se mezclan piezas propias y de artistas como Roberto Aizenberg, Ary Brizzy, Mildred Burton, Enio Iommi, Olga Gerding, Edgardo Giménez, Norberto Gómez, Alberto Heredia, Gyula Kosice, Eduardo Mac Entyre, Margarita Paksa, Aldo Paparella, Rogelio Polesello, Emilio Renart, Rubén Santantonín y Miguel Ángel Vidal, entre otros. Bianchi responde con naturalidad a la historia como artista, desde su presente, y sin las ataduras o restricciones que a veces impone la academia. Así, logra sintonizar las resonancias materiales y formales de su trabajo con piezas informalistas y ópticas que son pilares de la colección del Moderno.

Uno de los dispositivos que implementó para la exposición del Moderno es un largo pasillo que rodea la sala casi por completo. Es una obra y, a su vez, un espacio de circulación y exhibición que le provoca al espectador un condicionamiento físico dentro del espacio artístico. Su intervención incluye la producción de obras nuevas, pero que emergen como dispositivos, situaciones y andamiajes para la circulación, exhibición y percepción de otras obras, ya sean piezas históricas patrimoniales o del pasado del artista.

Texto publicado para anunciar la exposición en la web del Museo Moderno: 
https://museomoderno.org/exposiciones/diego-bianchi-el-presente-esta-encantador