exposición

Oscar Bony. Fuera de las formas del cine

12 de marzo - 12 de abril, 1998

Oscar Bony: fuera de la tiranía de la imagen

"Lo que pasa con la mente es que no se ve"
Alejandra Pizarnik

Solitario en el centro de una pequeña sala, un proyector exhibe la imagen de una porción de alambre tejido, el mismo que ha servido de sustento a nuestros pasos desde el ingreso al recinto.
El título no es menos despojado que la obra: Sesenta metros cuadrados y su información. Sin embargo, por lo menos señala una mirada, enfatiza el vínculo entre el objeto y su reproducción.
Uno podría preguntarse ¿Para qué presentar simultáneamente sesenta metros cuadrados de alambre y su información? ¿Acaso la información no tiene por función reemplazar al objeto que nombra?
La tautología es una provocación para la razón práctica. La proximidad del tejido metálico y su imagen fuerza la complementariedad entre el objeto y su reproducción visual, confrontando nuestra mirada con otra, paradigma de las formas de ver de nuestro siglo: una imagen mecánica, la reproducción "objetiva" del mundo físico.
Este duelo de miradas sólo es posible gracias al extrañamiento de la situación en que se produce la relación del objeto con su imagen. Ese extrañamiento desplaza el sentido de la obra desde el hecho perceptivo al acto de conocimiento, en el que entran en juego una conciencia que conoce y el tiempo en el que dicho conocimiento se produce.
La obra de Bony apunta a esta dimensión metafísica del conocimiento ligada al tiempo, poniendo en evidencia, a su vez, la ironía por la cual el medio utilizado para conocer conmociona al objeto de conocimiento hasta transformarlo en un dato impreciso y dudoso. Las diferentes formas de percibir una misma realidad ponen en cuestionamiento el estatuto mismo de la información, la que inevitablemente queda ligada a los medios y las formas de conocer de los que disponemos.
La voluntad por indagar en las interpretaciones del tiempo había llevado a Bony, algunos años antes, a producir una serie de cortometrajes en 16 mm que se presentaron en el Instituto Di Tella bajo el nombre de Fuera de las Formas del Cine.
El título de la exhibición dejaba en claro la intencionalidad de su autor. Su práctica evitaba las categorías tradicionales del medio para centrarse en uno de sus elementos constitutivos, el tiempo, articulándolo con diferentes teorías y concepciones filosóficas.
El Paseo parte de una concepción lineal del tiempo. Sus imágenes buscan verificar esa linealidad, literalizándola a través del paseo de una pareja reducida a un punto luminoso en la pantalla, que atraviesa el cuadro de un extremo al otro, con un movimiento rectilíneo y en tiempo real.
En El Maquillaje Bony vuelve a trabajar sobre el tiempo lineal. Pero en este caso, la concordancia entre el desarrollo temporal y el de la acción -una mujer que se maquilla frente a cámara- se quiebra cuando la acción retrocede -la mujer comienza a desmaquillarse- mientras el tiempo avanza. (Esta posibilidad de liberar la acción del tiempo en el cual transcurre, generando una temporalidad independiente de la experiencia, volverá a aparecer en Sesenta metros cuadrados y su información a través del "tiempo cíclico" del sinfín que introduce la imagen del alambre).
Submarino Amarillo supone un cambio radical en la relación del acontecimiento con su temporalidad. El film está estructurado sobre un montaje vertiginoso de momentos de una acción -hombres desnudos jugando en una playa-acontecimiento, para el que es imposible postular un comienzo o un fin, un pasado o un presente.
La situación cinematográfica vuelve a extrañarse, poniendo en evidencia -como en los casos anteriores- las condiciones que permiten conocer y percibir, más allá de la tiranía de la imagen.

Rodrigo Alonso

Texto del folleto de la exposición Oscar Bony. Fuera de las formas del cine.
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