exposición

Vida argentina en fotos

6 de agosto - 13 de septiembre, 1981

En el arte, así como en la religión y en la filosofía, buscamos una manera especial de vincular la plenitud de nuestro yo con la realidad. En sus manifestaciones más elevadas, nos invitan a enriquecer nuestra apertura cognoscitiva y afectiva respecto de aquélla. El arte, a través de un medio sensible, fija la fugacidad de la vida y del mundo, alentándonos a ahondar con exaltación en parte evaporadas, cuando no premonitorias. Desde que surgió la fotografía, el trato con la realidad fue cambiando poco a poco. Hizo que se la captara de otra manera, más real, más irreal, más surreal si se quiere. El nuevo estilo de vernos y de ver las cosas, divinizándolas, acusándolas, fragmentándolas, en lucha con la decrepitud y el abandono, a la zaga del testimonio cruel o de la complacencia melancólica, significó un ensanche de la comprensión del mundo al par que un llamado incitante a utilizar prodigios técnicos.
La rivalidad con la pintura exigió a la fotografía trazarse con presteza un ámbito propio. Las discusiones sobre su excelencia como arte produjeron los "evangelios fotográficos" a los que se refiere Susan Sontag en su agudo libro de ensayos " Sobre la Fotografía", es decir, los diferentes puntos de vista con que se fundamenta su relevancia. Porque son varios los aspectos que abarca. No sólo ofrece un cúmulo de material, casi táctil, de lo transitorio sino además un democrático oasis creativo y contemplativo al común de los mortales. Su magia accesible, cada día mayor gracias a los progresos tecnológicos, permite que nos pongamos el mundo en un bolsillo, tomar distancia con respecto al devenir y, de alguna manera, atisbar la eternidad.
El Museo de Arte Moderno ha presentado exposiciones fotográficas desde 1961. la que ahora se exhibe se debe al cuidado de un experto, Sameer Makarius, además pintor y diseñador. La Asociación Amigos del Museo de Arte Moderno tomó a su cargo organizar la muestra, contando con el valioso auxilio de Miguel de Riglos (h), y el empeño de las señoras María Clara Bullrich y Fernanda Brunelli de Galli.
A todos ellos, y a las instituciones y fotógrafos que han facilitado sus obras, debemos agradecer este panorama que refleja aspectos de la vida argentina a lo largo de ciento cuarenta años, ligándonos al pasado a través de diversidad de miradas sobre el multifacético despliegue desarrollado por nuestro país.

Guillermo Whitelow
Director
Museo de Arte Moderno de Buenos Aires


A comienzos del año pasado hojeando un catálogo vi una fotografía tomada por el Barón de Meyer que me intrigó sobremanera. No tenia idea de quién era este hábil artista que había sabido captar e imprimir en el retrato ese modo tan sutil que es la elegancia. La modela era una señora sudamericana alabada por cuantos la conocieron por su distinción y refinamiento, alguien de quien hablé relacionándola con Paul Troubetzkoy, otro artista que también sabía transmitir a sus esculturas esa expresión que va más allá de la belleza y el buen gusto.
La curiosidad me llevo a la librería Paner en busca de datos acerca de la vida y obra del genial fotógrafo, pues no había caído aún en mis manos el catálogo de la venta de su colección y el libro "Allure" de Diana Vreeland.
El dueño del negocio, a pesar de ser una persona muy bien informada, no pudo darme ningún dato sobre el misterioso personaje en cambio me sugirió ver a Sameer Makarius, fotógrafo ampliamente conocido en nuestro país y propietario de una pequeña galería especializada en la venta de antigüedades.
El señor Makarius fue muy cortés y enseguida consultó sus diccionarios, pero el nombre de Meyer no apareció en ninguno de sus libros. La conversación derivo hacia la fotografía en Argentina, hacia los retratos de los gauchos tomadas por Paco Ayerza y los mundanos de Garro y Merlino, Freitas y Witcomb.
El me habló de los antiguos fotógrafos, de los que llegaron en la primera mitad del siglo XIX y me mostró un viejo catálogo del año 1944, de una exposición de daguerrotipos y fotografías sobre vidrio, organizada por Witcomb, cuyo prólogo había sido escrito por Manuel Mujica Láinez. Y en el mismo momento le pregunté si le gustaría organizar junto conmigo una exposición que abarcara desde esos primeros retratos hasta las fotografías tomadas por los reporteros gráficos actuales. De esa charla nació la idea que se convirtió en proyecto, y que hoy es realidad, gracias al apoyo de la Asociación de Amigos del Museo de Arte Moderno y la colaboración del Museo Histórico Nacional, Museo Mitre y coleccionistas privados.
En la muestra que presentamos no solamente hemos incluido fotografías tomadas por artistas argentinos y extranjeros radicados en nuestro país; también figuran algunas como las de Nadar, Barón de Meyer, Cecil Beaton, Hoyningen Huene, Man Ray, y dos de forma oval, recuerdos de un viaje por Andalucía, donde solamente los modelos son compatriotas pues los fotógrafos nunca trabajaron en el Rio de la Plata. Creímos que estas obras debían figurar en la exposición porque son otra prueba más de las preferencias argentinas en el arte fotográfico.

Miguel de Riglos (h)

Textos del catálogo de la exposición Vida argentina en fotos.




















 
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