Carlota Petrolini trabaja estas formas plásticas con un fervor de escultora y a la par de ceramista. Vive así la pasión del modelado y después la esperanza y, a veces, el asombro de lo que "modeló" posteriormente el fuego. Porque si bien la ceramista imagina, el fuego imagina por su propia cuenta, creando en ocasiones la forma inesperada, la llegada misteriosa de un color a través del esmalte.
Pero, en suma, ¿qué imaginaría sustenta la cerámica de esta artista? Es una imaginería contrastante que va del humor negro -un plato que presenta pequeños hombres y mujeres desnudos, con un cuchillo y tenedor "para comerlos mejor"-; a una presencia de airosas casonas, irradiando el encantamiento de un aire sin tiempo, como ese que surge de la Poesía, otras veces nos muestra árboles-seres, porque allí aparecen el hombre y la mujer transfigurados. Otras visiones nos muestran la dinámica sana y también artera del deporte.
Así, sus campos de juego son, igualmente campos de Agramante...
En fin, queda al espectador elegir en las variantes que ella le ofrece su predilección, aunque debemos reconocer que, por encima de nuestras preferencias, domina ante nuestros ojos un excelente oficio, por medio del cual Carlota Petrolini sabe aunar admirablemente la expresión de la escultura con la gracia de la cerámica.
Ernesto B. Rodríguez
de la Academia Nacional de Bellas Artes
Texto del catálogo de la exposición Carlota Petrolini: esculturas en cerámica.