exposición
Irene Weiss: grabados
2 de julio - 25 de julio, 1976
Tapa del catálogo de la exposición "Irene Weiss: grabados"
IRENE WEISS
Hay obras plásticas que transmiten alegría; sus colores y sus formas se conciertan, entran en relación para darnos una salud espiritual, en el fondo, verdadero reencuentro con lo mejor nuestro. Entonces sentimos que este arte, obra en nosotros, los espectadores y nos transforma conforme a su naturaleza, esto es, con un vital sin querer.
Estas líneas surgen a raíz de la serie de grabados que Irene Weiss presenta en el Museo de Arte Modero; especialmente señalamos las estampas, luminosamente sensibles, cuyo tema son las piezas de ajedrez; fascinante juego que tiene, como el cuento de nunca acabar, una constante novedad. Ahora bien, Irene Weiss toma esas piezas y en base a geométricos y coloridos planos nos da la presencia heráldica del rey y la reina, de la torre y el caballo, del rápido alfil y los peones, y lo hace con ese intimo placer que hemos destacado.
Sólo recomendamos que el espectador contemple estos grabados de Irene Weiss con una pasión concentrada, semejante a la que es propia del buen jugador de ajedrez. ¿Puede ser? Si es así tendrá el doble que viene de una noble realización técnica y, lo que es más importante, una comunicación espiritual. fundada en la alegría.
Ernesto B. Rodríguez
de la Academia Nacional de Bellas Artes
Texto del catálogo de la exposición Irene Weiss: grabados.
Hay obras plásticas que transmiten alegría; sus colores y sus formas se conciertan, entran en relación para darnos una salud espiritual, en el fondo, verdadero reencuentro con lo mejor nuestro. Entonces sentimos que este arte, obra en nosotros, los espectadores y nos transforma conforme a su naturaleza, esto es, con un vital sin querer.
Estas líneas surgen a raíz de la serie de grabados que Irene Weiss presenta en el Museo de Arte Modero; especialmente señalamos las estampas, luminosamente sensibles, cuyo tema son las piezas de ajedrez; fascinante juego que tiene, como el cuento de nunca acabar, una constante novedad. Ahora bien, Irene Weiss toma esas piezas y en base a geométricos y coloridos planos nos da la presencia heráldica del rey y la reina, de la torre y el caballo, del rápido alfil y los peones, y lo hace con ese intimo placer que hemos destacado.
Sólo recomendamos que el espectador contemple estos grabados de Irene Weiss con una pasión concentrada, semejante a la que es propia del buen jugador de ajedrez. ¿Puede ser? Si es así tendrá el doble que viene de una noble realización técnica y, lo que es más importante, una comunicación espiritual. fundada en la alegría.
Ernesto B. Rodríguez
de la Academia Nacional de Bellas Artes
Texto del catálogo de la exposición Irene Weiss: grabados.