Hay artistas que originan movimientos y hay movimientos que engendran artistas, o por lo menos, los despiertan. Nunca se sabrá del todo el antes o después de una imagen nueva, de un material usado con otros fines o de una técnica inédita. Tampoco se puede calificar con juicios definitivos las obras que nacen de los períodos experimentales, ya sea por la decisión de un artista aislado, ya por la obra en común de los integrantes de un movimiento. En estos casos no importa tanto el juicio, importa el movimiento y a él hay que abrirle los caminos. Si los plásticos jóvenes de Rosario tienen tal o cual estatura, se verá después de haber considerado en general que el movimiento que ellos han desencadenado en su ciudad corresponde a los movimientos similares en otras ciudades que están al día en la producción de la vanguardia. Esta es la razón principal de la presencia de los plásticos rosarinos en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. El catálogo de esta exposición tiene el patrocinio de Isidoro Slullitel, distinguido médico de Rosario, quien desde hace años presta una atención poco común a las manifestaciones plásticas de vanguardia y las ha incluido en su importante colección privada de arte argentino. Recientemente expuso en el Museo "Juan B. Castagnino" el sector correspondiente a los más jóvenes. Estos, y algunos otros, son los que ahora se ven en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, que se complace en destacar una vez más, la trascendencia de la colaboración privada, en el desarrollo de un movimiento experimental.
Hugo Parpagnoli
Buenos Aires, septiembre de 1967.
Texto del catálogo de la exposición Rosario 67.